abrí los ojos esa mañana pensando en
lo injusto que me parecía
alguien cargando con los pecados de los
demás
por muy hermanos que fueran o precisamente por eso
por muy
hijo preferido de Dios que fuera
o precisamente por eso
a menos que Cristo sea esa caricia en la
espalda
capaz de vaciar jorobas
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