30/1/18

couting down

una melba cuenta los días para regresar.
Otra le dice, ¿para qué, para seguir cifrando la huida dentro de nosotras?

Me pregunto si en español es casual 
que un mismo verbo signifique a veces, numerar cantidades
y otras, narrar una historia llena de mentiras verdaderas y verdades falsas

¿Realmente me siento protegida en mi apartamento de Caracas?

Me refiero protegida de la visión de mi madre en pellejo y sustancia,
del contacto con un pasado 
jamás resuelto en la mirada de mi hermano
ni en el brillo turbio sobre los lentes lujosos de su mujer.

igual ansío regresar a ese lenguaje en bolívares
donde la culpa de gastar lo que no siento mío
queda detenida en unas tarjetas bancarias
que no pasan   -límites absurdos de otra sangre-



Deseo pulsar la tecla de enviar. A quién?.
O enviármelo a mí misma sin tener que pasar primero por alguien más.

Virginia, vuelta al tema del ego herido, el ego que necesita ser absuelto
pero desconoce
por su propia    y puta naturaleza
la humildad