entre la calle de la jubilación
y este domicilio de columnas mareadas
la boca ¿se abre o se cierra?
Porque a veces
las opiniones restringidas a las paredes del estómago
se escapan hacia la lengua
como acidez de la comunicación
Detrás de muchos siglos de un sol intolerante a la sombra, en algún pantano de la ciudad, se extravió mi nariz. La propuesta es encontrar lo que quede de ella Sea un moco salvaje desvencijado de soledad.
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