8/8/20

07 de agosto

 

hoy fue que caí, hermana, en tu cumple olvidado. De inmediato la loca de la casa voló hacia el permiso que te pedí ayer -para soltarme -y recaí en la cuenta de que tampoco ayer fue tu cumpleaños. 

Pensé era el motivo de mi súplica y nuestra concedida absolución: soltarnos por unos segundos de la sangre y del cordero.

Tu cumple, hermana, fue el pasado miércoles, justo el día en que Benja y yo caminamos hacia el consulado a ver si estaba abierto. Se nos fue la mañana en eso. Llegamos, preparamos el almuerzo

un brindis cotidiano sin ti

a partir de ahí se pierden tarde y memoria

Había soñado sin embargo con tomar uno de tus deshabillés guindados en el closet; oníricos, no recuerdo los usaras en esta dimensión

Interrumpes el deseo de permitirme seductora al entrar en aquel cuarto -compartido- del Edificio Cuyuní. 

Cuando, creo, puedo al fin dejarme querer por la intimidad que me ofrecen dos llaves: 

la del agua que acaricia y la de la puerta que aísla de intrusos, 

siento otra llave desde afuera abrir la cerradura. Nuestra madre.


un juego de tres 

y un cofre 

con cenizas cautivas

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