desde un anzuelo
que no logra esquivar las piedritas
de mis riñones
se realiza una pesca de soles
muertos
Los ojos en agua
más un rosario de espera entre las
rodillas y la espalda
desafían la gravedad de este puto
texto.
Detrás de muchos siglos de un sol intolerante a la sombra, en algún pantano de la ciudad, se extravió mi nariz. La propuesta es encontrar lo que quede de ella Sea un moco salvaje desvencijado de soledad.
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