extraterrestre de mi cuerpo en el
nombre del Padre
Extranjera
No puedo echar la culpa a los demás
En todo caso a mí por seguir
bautizando lo innombrable
Por permitir llamarme madre,
hermana, hija, esposa, abuela...
Por seguir viendo el rostro del prójimo
en todos los rostros
menos en el mío
Lo que siento no se trata de complacer
una elección
entre ir a las tiendas o ir a la playa.
Bastaría un tantito así para dirigir
si me lo propusiera
este encuentro familiar en todos sus detalles
Pero no, no se trata de eso. Los demás no pueden ser más
encantadores.
Se trata
quizás
de seguir negando al estilo Pessoa;
No, no es cansancio...
....
Es un domingo al revés
del sentimiento,
una vacación pasada en el abismo.
No, cansancio no es…
Es que yo esté existiendo
Y también el mundo,
Con todo lo que contiene,
Con todo lo que en él se desdobla
Y que es por fin lo mismo variado en
copias iguales.
No. Cansancio, ¿por qué?
Es una sensación abstracta
De la vida concreta
– algo así como un grito
por dar,
algo así como una angustia
por sufrir,
por sufrir completamente o por
sufrir como…
Sí: o por sufrir como…
Eso mismo: como…
¿Como qué?
Si lo supiera, no habría en mí
este falso cansancio.
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