que la poesía, por dios, no sea la
forma de entretener la espera
que no confunda la sed de aplausos
-reguero de sangre y adicción-
con arte
ni al arte con aplausos
Detrás de muchos siglos de un sol intolerante a la sombra, en algún pantano de la ciudad, se extravió mi nariz. La propuesta es encontrar lo que quede de ella Sea un moco salvaje desvencijado de soledad.
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