Viendo la película Boy 7-sin identidad, viene a la reflexión el papel del diablo, o por lo menos uno de
ellos, desalentar todo lo que tenga que ver con despegar, levantarse.
Con alas, con ruedas...
En este sentido sobran cachos, rabo y
fuego. Todo lo contrario; más bien; lentes, calva y bata blanca. El
atuendo de un científico que paso a paso observa la extraordinaria variedad de colores, las irisaciones, los reflejos
metálicos, la suavidad aterciopelada de una mariposa. Pero sobre todo su despreocupada inocencia al ignorar la muerte.
O por lo menos, al dibujar esta impresión con su vuelo.
La diseca y la cuelga en una colección bien clasificada.
Simultáneamente, en cualquier otra parte, otro huevo se convierte en larva; ésta, en crisálida. Hasta toparse con una mirada diferente
desprendida de taxidermia
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