9/8/15

el poder de Facebook

Para mí tiene que ver con esa necesidad de conexión afectiva. 

Se me ocurre de pronto que -más allá de una atmósfera cultural propiciando dólares, donde los amigos quieren venderte algo, sin pasar por el reencuentro primero de tantos años o cierta distancia desde la última vez -esta necesidad de conexión afectiva produce al mismo tiempo su propia resistencia. Es decir, el miedo a sufrir en la entrega. Por tanto, qué mejor ladrido para espantar un afecto que el interés comercial.
Reconozco también que este tipo de interés está tan ovacionado en el globo terráqueo que termina por contaminar cualquier relación, sobre todo, la afectiva


No hay comentarios: