25/1/11

sobre el Silencio

Ningún hombre está dotado de la virtud del silencio absoluto. El silencio es algo tan frágil que puede ser despedazado por el zumbido de una mosca. Habría deseado que el phatos de mi existencia fuese el mutismo, total, inexpugnable, pero la verdad, es que soy un parlanchín y lo que es peor, me pagan por ello. Además soy un atorrante. En caso de que fuese posible en mí la perfección del mutismo, mi mente, mi corazón o cualquiera otra víscera, estaría machacando cada segundo a nombre de la dignidad de la palabra, acosándome con la duda de que muy probablemente ese sublime mutismo no sea el resultado de mi ser perfecto, sino de que no tengo nada qué decir, y que en verdad no soy más que una cáscara hueca y vacía...

Oscar E. León, La Espera

2 comentarios:

edgar vidaurre dijo...

Querida...he vuelto. Esta vez con más permanenencia.

Melba dijo...

Edgar. ¿Dónde estabas?