2/3/08

Alquimia y Sal


"...¿Qué produce la sal? Sientes. Cuando conectas con la sal, lo sientes. La sal es el principio de la experiencia vivida, sin sal no hay más que humo. Sin sal no hay más que azufre, prisa, prisa por consumirlo todo, saltar de un proyecto a otro que no tiene ni solidez, ni profundidad, ni compromiso. Es la llama que devora, los excesos sulfúricos. Y entonces la sal mata al azufre. Échale sal y ese azufre baja. La sal fija al mercurio. Pero ¿de dónde sacamos la sal? Tienes que sudar, tienes que volver a las minas de sal que están en ti, donde dolió. ¿Dónde está la herida? En la sangre, en el sudor, en las lágrimas, ahí se expresa el alma. Lamer la herida una y otra vez, y a veces lo hacemos, no sabemos por qué, lo hacemos. El alma es sabia y regresamos, y nos compadecemos y nos lamemos las heridas. El alma está buscando producir sal, necesita cuerpo. Y al hacer esto volvemos a las minas, otra vez a llorar, otra vez a sudar porque nuestra vida está necesitando sal. La sal va a hacer que los cadáveres vuelvan a la vida.
Pero claro, en nuestra cultura new age, donde todo tiene que estar bien, y donde el dolor está mal, y que si hay un dolor hay un trauma, y un trauma se tiene que curar… Lo que llamamos traumas no viene de las circunstancias sino que son las siempre disponibles minas de sal del alma..."

Enrique Eskenazi

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Extraordinaria la analogía que aquí se presenta del mundo del alma y la sal. Reflexión poética del alma y nuestra propia experiencia de la vida y del dolor.

Melba dijo...

No sé cómo llegué a dar, no hace mucho, con ¿esta materia, alma, tema? de la alquimia, y en particular con este autor. Pero quedé prendada.
Tal vez la alquimia te trajo a compartir el mismo gusto por la sal.