30/3/08

Saliva de entraña


No de cielos que escupen en la orilla


Goza sus infiernos

oliendo a voces


Como herida

hondura

en la memoria

o

sal de vida

en el segundo

ora un coro de vientres

ora un fuego de aguas

21/3/08

Mojada de algo

Tras tu rostro vaciado
en la memoria
hay algo sin forma
Algo te expande
Algo te expulsa
Eres ritmo en los pulmones de la Tierra
En la sangre que acalla el miedo a las cenizas
En la sombra
que prende eternidades

12/3/08



Mis pies no se reconcilian

No son andar de la Tierra

Son tierra andada por jueces

Tierra sorprendida en tus manos enlazada

Una misma lengua

y dos cuerpos

que no se pertenecen

Que hieren sus nombres

en las alas de los árboles

en los pies del tiempo

"¡Locos de eternidad

los pies del tiempo danzan por el mundo!"

Jacobo Fijman

2/3/08

Alquimia y Sal


"...¿Qué produce la sal? Sientes. Cuando conectas con la sal, lo sientes. La sal es el principio de la experiencia vivida, sin sal no hay más que humo. Sin sal no hay más que azufre, prisa, prisa por consumirlo todo, saltar de un proyecto a otro que no tiene ni solidez, ni profundidad, ni compromiso. Es la llama que devora, los excesos sulfúricos. Y entonces la sal mata al azufre. Échale sal y ese azufre baja. La sal fija al mercurio. Pero ¿de dónde sacamos la sal? Tienes que sudar, tienes que volver a las minas de sal que están en ti, donde dolió. ¿Dónde está la herida? En la sangre, en el sudor, en las lágrimas, ahí se expresa el alma. Lamer la herida una y otra vez, y a veces lo hacemos, no sabemos por qué, lo hacemos. El alma es sabia y regresamos, y nos compadecemos y nos lamemos las heridas. El alma está buscando producir sal, necesita cuerpo. Y al hacer esto volvemos a las minas, otra vez a llorar, otra vez a sudar porque nuestra vida está necesitando sal. La sal va a hacer que los cadáveres vuelvan a la vida.
Pero claro, en nuestra cultura new age, donde todo tiene que estar bien, y donde el dolor está mal, y que si hay un dolor hay un trauma, y un trauma se tiene que curar… Lo que llamamos traumas no viene de las circunstancias sino que son las siempre disponibles minas de sal del alma..."

Enrique Eskenazi